NavaRider Day 2020

NavaRider Day es un evento motociclista no competitivo de 400 km donde hay que certificar el paso por 6 puntos de control, con salida y llegada en Pamplona.

El itinerario no está definido, solo hay controles de paso con 100 km de distancia entre ellos. Aunque sugerimos una ruta en nuestra web, cada participante puede planificar y tomar libremente la carretera que más se acerque a sus gustos y conducción. El tiempo máximo para realizar el recorrido son 12 horas, lo que da tiempo de sobra para disfrutar de la ruta escogida por las carreteras navarras.

NavaRider Day 2020 en imágenes.

Photocall
Photocall
La salida
La salida
Hall Of Fame
Hall Of Fame
La acreditaciones
La acreditaciones
Hostal Machain
Hostal Machain
Balneario de Elgorriaga
Balneario de Elgorriaga
La Comida
La Comida
La Llegada
La Llegada

Sin duda esta ha sido una NavaRider compleja. La COVID-19 nos ha complicado la vida a todos y a nivel de organización no lo hemos tenido fácil. Lo más sencillo hubiera sido suspender el evento pero eso no está en nuestro vocabulario. Siempre hemos pensado que la solución no es encerrarse en casa. Hay que salir, vivir, sentir y disfrutar. Adaptarse a la nueva situación, ayudar al sector hostelero, el más castigado de esta pandemia. Y si tenemos que dejar de abrazarnos, de besarnos… si tenemos que cubrirnos media cara con mascarilla, y mantener una conversación a un metro y medio de distancia, pues se hace y punto.

En esta edición además, contábamos con la experiencia de WOW RIDER, que hicimos en Julio, en Huesca, cuando el bicho la tomó con Aragón. Demostramos que se podía, que con responsabilidad no se nos puede parar. Había que adaptarse.

Lo primero que hicimos fue limitar las inscripciones a 500 participantes, la mitad de lo que estamos acostumbrados en estos últimos años. Para mantener la distancia y evitar aglomeraciones, lo siguiente fue duplicar el número de restaurantes en la comida y espaciar los grupos en la salida.

Este año todo ha sido más escueto. La mayoría de patrocinadores importantes no se han querido implicar por miedo a verse salpicados por algún positivo. Tan solo Mutilva Moto Center, concesionarioPatrocinadores de NavaRider Day oficial Yamaha ha apostado por el evento. Nos conocen bien, conocen nuestra organización y saben que excepto el tiempo, lo tenemos todo controlado.

Tampoco quiero olvidar a todos esos pequeños patrocinadores (Remotor, Mapfre Mutilva, Pinturas Alzuyet, Josenea zone auto, La gardabera…) que poco tienen que ver con las motos salvo que sus dirigentes son moteros, como nosotros y han querido aportar su granito de arena a esta edición en la que los ingresos se han dividido y los gastos se han multiplicado. Gracias a todos ellos y en especial a Victor Pescados, que sin él, NavaRider no sería lo mismo.

Se acercaba el día y la incertidumbre flotaba en el aire. Los medios de comunicación no ayudaban y esta vez el bicho se cebaba con Navarra. Con todo, jugar en casa nos producía una falsa sensación de tranquilidad. En Huesca fue mucho peor.

A la montaña de permisos que hay que redactar, este año se sumaba uno nuevo, el del departamento de sanidad. No fue una sorpresa que desaconsejaran el evento. 500 personas venidas de toda España, según ellos era una bomba, a pesar de no juntarnos en ningún momento más de 150, casi siempre al aire libre, pasando el 70 % del tiempo con la cara embutida en el casco de la moto y el otro 30% con la mascarilla puesta. Todo esto hizo que se retirase nuestro principal patrocinador: Turismo de Navarra.

Para colmo, dos semanas antes de NavaRíder aparece una nueva norma en Navarra que obliga a los establecimientos hosteleros  a servir consumiciones y comidas en mesa a partir de las doce del mediodía. Como no se puede beber de pie, nos vimos obligados a suprimir el quinto punto de control.

Y por si fuera poco, unos días antes, por problemas logísticos tuvimos que cambiar la ubicación del segundo punto de control. Elegimos el Hostal Machain donde ya hemos estado en dos ediciones anteriores, con gran parking y buen servicio. Al menos no tuvimos que modificar la ruta.

Pero no todo han sido malos momentos. Si uno lo piensa hay más momentos buenos que malos, como cuando hicimos la vuelta de reconocimiento,  el baño que nos dimos Victor, Roberto (Mutilva Moto Center) y yo en el Balneario de Elgorriaga aprovechando el reconocimiento del espacio, el día que grabamos el Video Briefing (esta vez lo hicimos en la pescadería de Victor y no paramos de reir durante las 3 horas que estuvimos grabando)., o cuando grabamos el segundo video para comunicar los cambios de última hora y Victor se presentó en mi casa en medo de un reparto de pescado. Pura improvisación.

Y por fín llega el viernes 9 de octubre. El día anterior alquilo una furgoneta que cargo con todas las cajas del Piking, equipo de música, ordenador , cámara de fotos… Elena la conduce hasta el Parque de la Runa. Yo voy en moto, en la nueva Yamaha Tracer 700 que Mutilva Moto Center me ha prestado para esta edición de NavaRider. El sábado la probaré  a fondo.

A las doce del mediodía ya estamos en el parque. Al rato llega  Victor y poco después aparece Juancar, mi compañero OFF y con quien voy a hacer La Ruta 47 OFF ROAD dentro de 6 meses, si todo va bien. Me trae un valioso regalo: El escudo de La Ruta 47 tallado en madera. ¡¡¡Qué agradable sorpresa!!!

Entre todos nos disponemos a componer el entorno. Este año hay poco que montar (arco de meta, generador de corriente, una carpa Yamaha, equipo de música, Photocall…)  pero con todo, nos lleva tiempo y los primeros participantes llegan justo cuando acabamos de montar.

Poco a poco van llegando casi todos los inscritos a lo largo de las 4 horas que estamos en el parque y les vamos entregando el kit de NavaRider. El parque es grande y podemos garantizar las medidas de seguridad. Además con nuestro sistema de acreditaciones somos capaces de encontrar una mochila entre 500 en menos de un minuto. Nos movemos rápido y la gente mantiene la distancia.

Aparece Aitor Unzu, el fotógrafo. Lo suyo es el video, es un artista,  pero con tan poco presupuesto este año ha sido lo primero que hemos recortado y en parte le vamos a compensar con las instantaneas. El plan inicial es hacer fotos pero NavaRider es un evento muy emocionante y acaba volviendo al video. “Me he traído a Ana, que es fotógrafa profesional y así hago unas tomas y voy acompañado. Me da pena que os quedéis sin video. Ya haré algo sencillo y el año que viene hacemos algo especial”. Sé que me va a gustar, estoy deseando ver el resultado, le respondo.

A las 9 de la noche aparece Juan, que vigilará el Parque y parte de la organización nos vamos a cenar al colegio de Médicos donde Alex Múgica, uno de los mejores chefs de Navarra nos prepara una cena exquisita. Chef y motero, estamos como en casa.

Sábado 10 de octubre

Victor nos obliga a levantarnos a las 5 de la mañana. Cómo se nota que esta acostumbrado a madrugar. Hemos dormido 4 horas pero la adrenalina del momento nos va a mantener despiertos hasta la noche. Siempre nos pasa lo mismo.

5:45 de la mañana, llegamos al parque y empezamos a móntalo todo. Juan ha adelantado el trabajo y solo hay que conectar cables y levantar el arco de meta.

A las 6:45 aparecen los primeros. En el segundo grupo salen Miguel Angel Almendros e Iñigo Hualde pilotando dos ciclomotores de 1969. ¿En serio? ¡que son 500 km!

Durante dos horas Victor, el polifacético Speaker, da la salida a los casi 500 participantes mientras Susana va haciendo fotos a todos los grupos.

A las 9  damos la salida a Dimas, Ion y Risco, tres buenos amigos que este año van en Goldwing y Harley mientras empezamos a recogerlo todo. Una hora más tarde comienza nuestra resumida NavaRider, donde atajando, iremos a todos los puntos de control posibles para controlar un poco y vivir el ambiente NavaRider.

Pilotando una Super Teneré y una Tracer, ambas Yamaha, nos dirigimos hacia el tercer punto de control situado en el Balnerario de Elgorriaga. En Pamplona luce el sol pero me da que nos vamos a mojar un poco. A pesar de todo vamos con ropa de verano: una chupa de cuero y unos vaqueros con protecciones. Ahh, y guantes, también de verano.

La Tracer va fina, es un juguetico, como decimos aquí en Navarra. Mis temores se hacen realidad y poco después de los túneles de Belate empieza a llover. Primero lluvia fina y a medida que nos acercamos al balneario, cada vez más intensa. Voy charlando con Victor a través del intercomunicador y de repente veo un radar. Clavo el freno y la moto ni se mueve. Responde muy bien incluso con lluvia.

Llegamos al balneario (Punto de control Yamaha). Las banderolas y el arco de meta delatan que es un punto de control. No hay mucha gente. Son las 10:45 y los primeros debían haber llegado a las 10:30. De camino al Restaurante donde nos servirán un bocata de jamón con tomate y una bebida sin alcohol, Cristina, la directora del Balneario nos entrega unos tickets perdidos de un participante. Falta el del balneario, lo cual delata que ya ha degustado su almuerzo así que en un primer momento pienso en llevarlo al siguiente punto de control para que los comisarios se lo entreguen a su dueño. Como toda la documentación que entregamos en NavaRider es nominativa, sabemos de quién es. No se quedará sin comer. Pero Victor cae en la cuenta que de quizá todavía este por aquí y nos damos una vuelta para ver si vemos su moto identificada con el mismo dorsal que el vale. No tardamos en encontrarla. Es de un Francés que nos premia con una gran sonrisa de agradecimiento cuando se lo entregamos. No se había percatado de su pérdida.

La gente se esta retrasando a causa de la lluvia, que nos hace circular con más cautela. Ya hemos estado bastante tiempo aquí y nos tenemos que ir hacia la comida.

Volvemos sobre nuestros pasos hasta llegar a Pamplona y dejándola de lado, junto a la lluvia, nos dirigimos hacia los puntos de control de la comida situados en Liédena, Javier, Sangüesa y Monasterio de Leyre. Omitimos este último. Ya estuvimos comiendo aquí en la vuelta de reconocimiento y los comisarios son Alberto y Alicia. Con ellos nada puede salir mal.

Paramos en Liédena a visitar a Rafa y Angel. Todo esta tranquilo . Solo ha llegado Pep Brasco que llega primero a todo en todas las NavaRiders a las que ha asistido. “No voy rápido” dice, “pero viajo solo y siempre salgo en el primer grupo”.

La siguiente parada es en el Yamaguchi, de Sangüesa donde están los hermanos Osta, de comisarios. Decidimos comer aquí, con Yolanda, la mujer de Victor, que ha venido hasta aquí para comer con nosotros. Este Restaurante todavía no lo hemos probado. Tan solo hay unos 5 participantes cuando entramos al comedor y al salir nos cruzamos con una cuadrilla de viejos conocidos navarros: Eli, El Pesca, Mikel, Joaquín Arbeloa…. “Nos lo estamos pasando DPM” comentan.

Decidimos tomar el café en Javier y así visitamos a los comisarios Unay y Edalith que están en el Mesón, y a Enrique y su hermano que están en el Restaurante Xabier. Todo en orden.

La vuelta a Pamplona la hacemos por autovía. Odio las autovías cuando viajo en moto pero hay que llegar rápido para montarlo todo. Pep Brasco debería llegar sobre las cuatro y media y son menos cuarto cuando llegamos al Parque de la Runa.

No hemos levantado el arco de meta cuando se presenta en el parque. ¡Joder qué caga prisas!

Aparca la moto junto al arco de meta mientras montamos el Photocall y como siempre, la primera instantánea es para él.

Aparcamos las dos Yamaha en un alto una frente a otra, y varios curiosos se acercan a admirar estas dos bellezas. Victor no para de comentar con los curiosos las maravillas de su nueva adquisición: la flamante Super Tenere.

Poco a poco va llegando el resto, las Harleys, las vespas, las naked, las innumerables GS 1200, las Yamaha, las Triumph, dos can am, incluso los dos ciclomotores, que no defraudan.

Piluka, la incansable super woman de Hostelería idea una nueva forma eficiente y rápida de hacer el checking. Creo que a partir de ahora lo haremos así. En lugar de hacer la anotación  con el ordenador tras aparcar la moto, anota los dorsales con la aplicación móvil mientras los participantes se detienen en el photocall de la llegada.

Ya son las 20:30, han llegado todos y se ha hecho de noche. Con la ayuda de Juan, que ha venido nuevamente para vigilar las motos durante la noche, recogemos todo y para las 9 ya estamos listos para degustar las cazuelicas de la cena.

Es la primera vez que puedo degustarlas. Normalmente salimos a toda prisa hacia la sala Zentral para acabar este intenso día con un concierto de Rock y unas copas pero esta es una edición “Raruna”. Me siento como Cenicienta, teniendo que abandonar la fiesta a las doce de la noche y me viene a la memoria la canción “Cerrar los bares”, de Los Secretos

Victor y Yolanda están KO. Tanto madrugón diario les pasa factura y no pueden con las tabas así que toca retirada. En su lugar vienen Alberto y Carles, gran amigo que se ha acercado desde Barcelona. Con Susana, Elena y yo sumamos cinco, todavía por debajo del límite legal de los 6 que nos marca el gobierno en estos tiempos de pandemia.

Cogemos el ascensor que nos lleva directos al casco antiguo de Pamplona y visitamos 3 de los establecimientos participantes en la semana de la Cazuelica y el vino.

Entre cazuelica y cazuelica nos juntamos esporádicamente con algunos de los participantes y mientras, degustamos esta comida de autor. “Albóndigas de cordero con alcachofas fritas”,  “Guiso de ciervo con boletus”,  “albóndigas de bacalao en su salsa verde”…

Pero… ¡qué bien os cuidamos en NavaRider Day!





Ir arriba