Divertida ruta con abundantes curvas que toca parte de la montaña navarra para acabar en Donosti tras unos kilómetros de costa Gipuzkoana.
Atravesamos Loyola y Martutene, dos pueblos prácticamente unidos, y continuamos por buen asfalto, carretera ancha y con bastante tráfico.
Justo al llegar a Hernani, hay una gasolinera y unos pocos metros después, una rotonda indicando la carretera que tenemos que seguir para continuar la ruta y empezar un nuevo tramo.
Llevamos ya unos kilómetros en compañía del río Urumea, pero se ha mantenido un tanto separado de la carretera por la que circulamos. A partir de ahora y durante 40 km, seguiremos tan de cerca el río, que podríamos incluso bañarnos en él. De hecho, encontrarás varias zonas acondicionadas para ir de dominguero o darte un baño.
El asfalto es muy bueno y puedes ver en el cauce del río algunos edificios antiguos seguramente construidos con la intención de utilizar el agua como fuerza motriz para desarrollar alguna actividad industrial.
Hay que tener mucho cuidado en esta carretera porque debido a su soledad y su dificultad, suele ser ruta obligada para ciclistas.
Entre curvas en zig zag no demasiado cerradas, llegamos al fin del tramo.
Entramos en la provincia de Navarra, y empezamos un ascenso siempre al lado del Río Urumea, lo que da idea del recorrido: Carretera estrecha, buen asfalto, cuesta arriba y paisajes cerrados de película entre tanta curva en zigzag que se puede afirmar que no hay una recta de cien metros.
En el trayecto se pueden apreciar varias edificaciones de piedra con el agua como denominador común, en los que merece la pena parar un rato a admirar el cauce artificial construido por los lugareños para aprovechar la fuerza de este preciado líquido desviado a veces del río Urumea.
También se pueden ver señoriales caseríos cerca del río, y escondida tras un montón de maleza, alguna torre de piedra que bien podría servir para almacenar algún bien imprescindible y sobrevivir así el crudo invierno.
Circulamos por una ligera pendiente y atravesamos Goizueta por estrechas calles. A partir de aquí la pendiente se hace mucho más pronunciada ascendiendo hasta los 800 metros sobre el nivel del mar mientras cada vez son más abundantes las centrales hidroeléctricas en el cauce del río.
AL final, llegamos a un cruce en forma de T con el Hotel Basa Kabi enfrente.
Llama la atención ver al ganado pastando en los en los empinados prados, adornados con los Belar Meta, cada vez más extinguidos.
Atravesamos Leiza dirección a San Sebastián, durante 3 km, cuando llegamos a un desvío con dos posibilidades y un bonito caserío al fondo. La primera de ellas nos lleva a la autovía dirección a San Sebastián o a Pamplona y la segunda, dirección a Berastegi por la NA-1320.
Sin duda, continuamos por la carretera verde.
La carretera es bastante buena, con curvas abiertas de cerrado paisaje y pueblos como Elduain, Berrobi o Ibarra, donde de vez en cuando, la vista se recrea además con algún bonito caserío. (Documentar) Sobrepasamos Ibarra y sin darnos cuenta llegamos a Tolosa. Aquí cogemos la N-I dirección a Vitoria.
Salimos de Tolosa por la N-I y circulamos por ella hasta que 3 km después cogemos la salida hacia Alegia.
Aunque circulas por una autoría, ten cuidado pues tiene varias curvas.
Numerosas vacas pastan a sus anchas en los verdes prados de este bello Parque Natural, mientras nos acercamos a Zaldibia, donde se vuelve a ver rastros de progreso con varios pabellones industriales. Sin dejar de ver estos edificios, llegamos a Ordicia, donde termina este tramo.
Siempre en línea recta, atravesamos también Beasain, donde prácticamente en su fin se encuentra un edificio de singular belleza: El Palacio Igartza.
Tras recorrer apenas 2 km, llegamos a un cruce que debemos coger a la dcha, situado junto a un restaurante.
El descenso, de otros 12 km, esta compuesto por curvas de todo tipo, incluyendo alguna paella, donde se puede disfrutar de la bella vista de Vacas y Pottokas pastando cerca de alguna Borda.
A veces el paisaje se cierra tanto, que da la sensación de rodar bajo un tunel de árboles.
Con dos tercios de ruta recorridos, llegamos a Azpeitia.
Comenzamos nuevamente ascendiendo hasta los 521 metros de altitud a lo largo de 5 km para después descender hasta prácticamente a la altura del mar en el final del tramo.
Las numerosas curvas en zigzag con abundante vegetación a ambos lados, nos permiten circular entre estrecheces que de vez en cuando dan paso a algún claro de bellos paisajes montañosos al fondo.
Atravesamos Aizama por un firme adoquinado y 5 km después llegamos a un cruce en forma de T no sin antes ver varias vacas. Girando a la izda y tras avanzar solo unos metros accedemos a Iraeta, final de este tramo.
Siguiendo la silueta de la costa llegamos a Zarautz de tradición surfista, donde se encuentra el restaurante del famoso cocinero y Showman Argiñano.
Pasado Zarautz, volvemos a ascender en recto con un descenso un poco más sinuoso en cuyo final se encuentra Orio, de gran tradición regatista, donde se puede ver algún barco pesquero amarrado en el muelle.
Perdemos de vista el mar y nos dirigimos hacia Lasarte, donde llegamos tras recorrer 14 km más, no sin antes pasar por Aginaga y Usurbil.