Casi en lo alto del puerto de Etxauri merece la pena parar en este mirardor desde el que se contempla un amplio paisaje. A los pies, el fértil valle de Etxauri y el río Arga serpenteando por la llanura; a la izquierda el farallón rocoso de la sierra, aprovechado por los escaladores para hacer sus prácticas, siempre vigilados por los buitres de la zona; a la derecha el espinazo de la sierra del Perdón, erizado de molinos eólicos; y enfrente, Pamplona y su telón de fondo de montes pirenaicos.