El pueblo de Abaurrea Alta/Abaurregeina forma parte del Valle de Aezkoa (Navarra) y está integrado en la geografía del Prepirineo Occidental. Pertenece a la Merindad de Sangüesa, la más extensa de la comunidad Foral.
Se localiza en un alto que domina el pueblo y se accede por detrás de la parroquia.
Es el edificio más antiguo que se conserva en el pueblo de Abaurrea Alta emplazado en un lugar llamado “Gaztelu Zabala” esto es “Castillo amplio” en el monte de San Miguel de dicha localidad. La toponimia del castillo probablemente haga referencia a la población original fundada por Teobaldo I en 1237, a la que dio el nombre de Castelnuevo y hoy se correspondería al pueblo de Abaurrea Alta – Abaurregaina.
Erigida en honor al arcángel San Miguel era el único templo religioso del pueblo hasta la construcción de la iglesia parroquial en el S.XV , con la construcción de la nueva iglesia de San Pedro, adscrita a Roncesvalles. Esto coincide con el cambio de patrón del pueblo y encontramos documentos en los que el mismo vecino que jura su cargo “por San Miguel” años más tarde lo jura “por San Pedro”.
Se mantuvo en buen estado y a principios del S.XX era cuidada por una “serora”, una ermitaña que vivía en una casa cercana e intercedía entre los vecinos y el arcángel, también tocaba las campanas – hoy desaparecidas- todos los días para que los campesinos se orientasen entre la nieve, tan frecuente en esta zona de Navarra. Cuando falleció la serora y comenzó la guerra, la ermita fue cubierta con un tejado y usada como caballerizas de los guardas. Su deterioro comenzó en la segunda mitad del S.XX, cuando se tomaron las piedras esquineras de la iglesia para la rehabilitación de la casa del párroco destruida en un incendio. En la década de los 80 la iglesia la inmatriculó sobre plano, sin sospechar que lo que estaban inmatriculando ya era un edificio en ruina.
La iglesia de San Pedro de Abaurrea Alta/Abaurregaina es de origen medieval, siglo XV, modificada en el siglo XVI donde se le dió su actual aspecto gótico tardío. Sus elevadas capillas laterales forman un perfecto crucero en la conjunción con la central. Tiene portada ojival colonial, coro renacentista (1597), complicada red de nervios en la bóveda, destaca la pila bautismal decorada con arcos ciegos de tradición románica.
En la población más alta del valle de Aezkoa y de Navarra, Abaurregaina/Abaurrea Alta o el balcón de los Pirineos, se ha musealizado el antiguo cementerio del pueblo, un importante yacimiento arqueológico del cual se recuperaron más de una treintena de estelas medievales. Un espacio único en el que se pretende evocar el ciclo de la vida y la muerte.
Adosado a la iglesia, el centenario cementerio de la localidad ha recuperado numerosas estelas medievales ocultas durante decenios. Nada más entrar, el visitante encuentra una puerta tapiada en la que es perceptible la tierra que se ha ido acumulando. Antiguamente, cuando el cementerio estaba completo, se tapaban las estelas y se continuaba con los enterramientos encima.
Hoy pueden ser admiradas una veintena de estelas discoideas en su posición y orientación originales. Rodeadas de flores y plantas, relatan su particular historia mediante una gran riqueza decorativa. Algunas muestran trabajos muy elaborados y variados en ambas caras de los discos. Otras, las más recientes, incluyen texto con el nombre de la familia.
Lunas, estrellas, cruces, báculos, conchas, aves... Juega a identificar estas y otras grafías mientras intentas perderte entre las paredes retorcidas de este laberinto. Reflejo de la concepción medieval de la existencia humana como un tortuoso valle de lágrimas abocado a la muerte. La simbología está constantemente presente en este jardín. Así, las tumbas más cercanas a la iglesia estarían más próximas al orden o a la moral. Según se van alejando, estarían más cercanas a los instintos y a las fuerzas telúricas.
Igualmente, un conjunto de pasarelas y escaleras conducen al espectador desde el nacimiento hasta la muerte y posterior resurrección. Continuando con la recreación alegórica los abedules de blanca corteza representan las almas en su viaje al más allá. La comprensión total se alcanza desde la pasarela más alta, representación de la vida eterna. El visitante se encontraría en el cielo, idea reforzada gracias a la bella panorámica del Pirineo que se obtiene desde el lugar.