Fuentesaúco de Fuentidueña: (Segovia)

Este pueblecito de unos 274 habitantes en el censo de 2022, pertenece a la comunidad de Villa y Tierra de Fuentidueña. Ubicada en el norte de la provincia de Segovia a unos 55 km de la capital. 

Al norte tiene a Aldeasoña a 6,1 km, al noreste está Calabazas de Fuentidueña a 5,3 km, un poco más al este, Fuentidueña a 8,2 km. Al este a 10,9 km se encuentra Valles de Fuentidueña

Al sur Fuentepiñel a 4,1 km, al suroeste Cozuelos de Fuentidueña a unos 5,7 km. Vegafría al oeste a 5,6 km y al noroeste Membibre de la Hoz a 4,8 km.

Su origen se puede enmarcar dentro del nacimiento de la Comunidad de Villa y Tierra de Fuentidueña. Fue repoblado, probablemente por Asur Fernández  (c.943-?). En las primeras décadas del siglo XV Fuentidueña y su alfoz estaban bajo el señorío de los Rodríguez de Castañeda (c 1365 - c 1385)

En el siglo XVIII pertenecía a la diócesis de Segovia, al arcediano de Cuéllar, y a la vicaría de Fuentidueña. En este periodo además de los diezmos y primicias, la iglesia cobraba los “tozuelos de primicia”, consistentes en 6 fanegas de trigo, 6 de cebada y 2 fanegas y 6 celemines de centeno.

A Fuentesaúco pertenecieron los despoblados de: Muñorroso, situado a 2 km. al suroeste del municipio, que aparece en el elenco parroquial de 1.247, y las Quintanas, situado a 3,5 km. al nor-este del núcleo urbano.

Hasta el siglo XX se llamaba tan sólo «Fuente Saúco». En dicho siglo se añade el sufijo de Fuentidueña por pertenecer a la Comunidad de Villa y Tierra de este nombre.

Debe su nombre a las fuentes naturales del lugar y a la abundancia, en otras épocas, de arbustos de saúco. 

Puntos de Fuentesaúco de Fuentidueña que no deberías perderte:

El órgano: (Cultural)

El órgano de Fuentesaúco de Fuentidueña no fue construido en esta localidad. De hecho, tampoco se sabe su procedencia exacta pues no hay ningún tipo de escrito ni testimonio alguno que certifique ni la compra ni el traslado del instrumento.

Para conocer su origen se acudió la "Asociación Cultural Organaria" de Valladolidn expertos en el tema y que tras un exhaustivo examen al instrumento sacaron las conclusiones precisas sobre el posible origen del instrumento.

Por ejemplo, hay varios testimonios gráficos (imágenes, pinturas...) en el propio instrumento que lo asocian con la obra y milagro de San Basilio (siglo IV, obispo de Cesárea y padre del monaquismo oriental).

La única conexión directa que pudiera haber entre el instrumento musical y dicho obispo era el antiguo convento de los Basilios de la localidad de Cuéllar (a 20km al oeste de Fuentesaúco). Así pues, todo apunta a que este instrumento fue el órgano construido para dicho convento entre 1710 y 1719 y que posteriormente fue reemplazado por otro en el año 1832 (obra de Tomás Ruiz Martínez y su hijastro Félix Pérez). En la citada operación el antiguo órgano sería trasladado a la iglesia de Santa María de la Cuesta, en el mismo Cuéllar, hasta que finalmente fuera comprado por la parroquia de Fuentesaúco de Fuentidueña en el año 1841. Y aquí sigue desde entonces.

Este órgano pudo ser construido por el organero de Peñafiel: Manuel Miguel Sancho. Los diseños utilizados en los laterales mantienen el mismo patrón empleado en el órgano de la parroquia de San Cebrián de Campos (Palencia), un órgano documentalmente asociado con el citado organero. Además, este es casi el único maestro organero conocido en las inmediaciones de la zona en los comienzos del siglo XVIII. El otro conocido (Francisco Ortega) trabajó más para la zona sur de la provincia de Segovia. 

Dado que el órgano pertenecía ya a la mencionada iglesia de Santa María de la Cuesta (de Cuéllar), no hubo que hacer petición de adquisición a la Junta de Bienes Desamortizados de Segovia. Por lo tanto, el instrumento fue adquirido directamente en dicha iglesia. Según datos de L. Reinoso, el órgano costó 1350 reales y fue el organero Francisco Sancho el engargado de apear, trasladar y montar nuevamente el órgano, tarea por la que recibió 1410 reales.

En el año 1864 se realiza una importante revisión y reparación por los organeros Manuel Marrodán y Mariano González, organeros afincados en Calahorra, por valor de más de 2500 reales. Dicha reparación, si bien en origen buscaba reemplazar tubos y la revisión del secreto y lengüetería de la fachada del instrumento, acabó con el reemplazo de los fuelles originales por un sistema más actual. 

​El posterior declive en el uso del instrumento así como diferentes sucesos durante el siglo XX han hecho que el instrumento esté en un estado bastante malogrado, impidiendo además su uso. Además, las obras y reformas que se realizaron en la iglesia a finales del siglo XX prácticamente acabaron con el instrumento, ya fuera por el ninguneo de los obreros o porque el órgano representaba un obstáculo entre las dos secciones del coro de la iglesia. En resumen, el instrumento presenta importantes daños en las superficies y en el mecanismo, pero su rehabilitación es aún posible. 

Iglesia de santo Domingo de Silos: (Monumental)

Su iglesia de santo Domingo de Silos es de origen románico, pero solamente queda una austera portada en el muro norte de esta época lugar que daba al cementerio; el resto ha sido muy transformado con el paso de los años encontrando diferentes estilos, sobre todo gótico, en la cabecera del templo, la capilla mayor y la del evangelio consistente en arcos apuntados y bóvedas de crucería con nervios. El lugar donde se cruzan los nervios se corona con un
pequeño disco de piedra con relieves, sobre todo vegetales, aunque hay alguna cabeza humana. Conserva este templo, un precioso órgano barroco (el cual se dice que pertenecía al convento de San Basilio de Cuéllar) el cual hoy en día está deteriorado, pero en su momento fue muy importante, mucha gente venía de todos los pueblos para escucharle.

También una placa de alabastro con la crucifixión, una buena colección de objetos de plata entre los que sobresalen un incensario del siglo XVI, una típica custodia de sol segoviana de la segunda mitad del siglo XVIII, la naveta que hizo el platero de Aranda de Duero Cayetano del Castillo en el tercer cuarto del mismo siglo, y la cruz procesional que ejecutó José Picado Martín, platero de Peñafiel, en el último tercio de dicha centuria.Y también destaca la cabecera en donde hay relieves en los nervios de la bóveda con motivos vegetales.
Abierta sólo al culto.