A la salida de Yesa, dirección a Pamplona y enfrente de una antigua gasolinera, se puede coger una carretera sin salida que nos llevará al monasterio. A unos km de distancia de este cruce, se alza el monasterio de San Salvador, al pie de la sierra de Leyre.
Documentalmente está mencionado ya en 848 y su historia va estrechamente ligada a la del reino de Navarra.
El monasterio alcanzó su máximo esplendor en tiempos de Sancho García el Mayor, de su hijo García de Nájera y de su nieto Sancho de Peñalén. Después de haber sido destruido por Almanzor, Sancho García lo hizo reconstruir en 1022.
La cabecera del coro y la cripta se construyeron en estilo románico. En el año 1307 el monasterio fue entregado a la orden de los cistercienses. Desde 1835 hasta 1954 estuvo deshabitado sirviendo entre otras propósitos, como refugio de pastores. Posteriormente se establecieron en él los benedictinos. La cripta, posee un ingreso de características muy peculiares y carente de decoración en el que se advierten los comienzos de la arquitectura románica. El interior tiene unas potentes columnas hundidas en el suelo y coronadas por sencillos pero bellos capiteles.