Se inició su construcción en la Alta Edad Media, siendo el ábside la parte más primitiva que puede datarse de principios del siglo XIII. Es un claro ejemplo de las iglesias románicas levantadas en la zona norte de la Sierra de Guadarrama, como la de Fuentidueña, Sepúlveda, Sotosalbos o la más cercana, Santa María de la Cuesta de Cuéllar.
En el siglo XVI sufrió una gran transformación al ser ampliada en su lado sur y reestructurada la nave primitiva, además fue añadida una torre almenada, coronada por pináculos y gárgolas barrocas y la capilla en estilo gótico. La portada es renacentista pudiendo haber acometido la reforma los arquitectos pertenecientes a la escuela de Rodrigo Gil de Hontañón, puesto que el maestro trabajaba para los Duques de Alburquerque, Marqueses de Cuéllar. Dicha reforma renacentista nunca llegó a concluirse quedando patente en su fachada.
En torno a 1993,se repararon las cubiertas del presbiterio y del módulo de la bóveda renacentista con una aportación de la Junta de Castilla y León. En el año 1997 se trasladó el culto a un edificio del pueblo de manera temporal (incluso en los meses de verano en la calle), debido a unas goteras en el templo. Teniendo lugar la última misa que se ofició, según testimonio de los vecinos, el día de difuntos del año 1997.
Desde el año 2008 permanece a la espera de su recuperación, comprometida por parte de la Junta de Castilla y León, dentro del programa Arquimilenios.