Un año más, nuestros amigos del Real Motoclub de Gipuzkoa, con Javier Romero a la cabeza, nos han hecho disfrutar de su maravillosa Transpirenaica, que empieza a tener sabor a añejo, a punto de contabilizar su número 25 ininterrumpidamene.
Nos hizo buen tiempo y no hubo ni un solo percance.
Por cierto, este antiguo motoclub, que sobrevive a sus socios, cumplirá su primer centenario el año que viene. A ver qué nos preparan estos gipuzkoanos, de los que sin duda, hay que tomar ejemplo.