Nuestro país cuenta con un patrimonio natural único, con una red de vías pecuarias, y caminos rurales de 125.000 km, que supone el 1% del territorio nacional.
Esta red de cañadas permitía que el ganado aprovechara de forma estacional los pastos de las tierras bajas y de las de zonas de montaña.
Ya en el siglo VIII, en el 'Fuero Juzgo' de los Visigodos, se hace mención a la existencia de caminos para el tránsito del ganado lanar, pero fue en 1273 cuando nace el 'Honrado Concejo de la Mesta de Pastores', con el apoyo de Alfonso X 'el sabio', que dio carta de privilegio a 'todos los pastores de Castilla', sabedor de la importancia de esta ganadería.
Aunque no estaban cartografiadas, las gentes de cada lugar conocían estas cañadas palmo a palmo, y sin necesidad de documentos; estas vías eran respetadas por todos, y recibían, y podíamos decir que reciben, distintos nombres según la importancia y utilidad de las mismas.