Fuentidueña, “Señora de las Fuentes”, Villa rica en agua con numerosos manantiales y los ríos Duratón y Fuentes. Declarada Bien de Interés Cultural por su conjunto histórico.
Situada en el extremo norte de la provincia de Segovia, se alza sobre un estrecho valle formado por el río Duratón, situación geográfica única que explica la importancia de la Villa durante la Edad Media.
En esta noble Villa se asentaron en la antigüedad diferentes pueblos como los vacceos, celtas, arévacos, romanos, visigodos, judíos y árabes. Desde la contraofensiva de Almanzor y su derrota en la batalla de Calatañazor, esta Villa es gobernada por reyes y nobles próximos a la realeza, destacando Alfonso VIII, Alfonso X el Sabio y Sancho IV.
En el s. XV se afianza la familia Luna como poseedora de la Villa. Personajes ilustres, señores de Fuentidueña, fueron D. Eugenio Portocarrero Palafox, su hermano D. Cipriano, la hija de éste María Francisca casada con D. Jacobo Luis Fitz-James Stuart, con lo que pasa la Casa de Alba a tomar posesión de Fuentidueña.
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Presenta el aspecto actual, tras la última reforma efectuada en el año 2008. En la época de Doña Urraca y Alfonso El Batallador, fue un Palacio habitado por miembros de la familia “Lara” y posteriormente utilizado como sede por el Concejo de la Villa.
Junto al Palacio, declarada Bien de Interés Cultural, fue erigida a instancia del Conde de Montijo y nombrada Capilla del Pilar por la devoción que sentía su esposa a esta advocación. Se terminó en 1720, de estilo neoclásico, con una fachada simétrica de clásica sencillez de sillería caliza. Su portada está blasonada con un escudo de armas de los linajes de los Montijo y Fuentidueña.
Declarado junto con las murallas Bien de Interés Cultural. No existe una claridad histórica sobre su origen, pero parece que su construcción se remonta a los s. XII y XIII. Tuvo importancia con el reinado de Alfonso VII, quien tuvo Cortes aquí y se concertó la paz con Navarra y otorgó testamento en 1204.
En los años 70, el Ministerio de Hacienda subasta el castillo con un precio de 25.000 pesetas, pasando así a manos privadas.
Su primera construcción data del s. VI, siendo habitado por los frailes de San Juan Bautista o de la Penitencia. Estuvo abandonado durante más de 200 años, siendo reconstruido en 1162, pasando a ser ocupado por frailes mercenarios en 1299 y en 1496 por frailes franciscanos.
Tras la desamortización de Mendizábal en el s. XIX, pasó a manos privadas.
Situado en la Plaza del Palacio, a la que da nombre. Fue construido a mediados del siglo XV, residencia de D. Pedro de Luna Manuel y su familia. Era hijo de D. Álvaro de Luna "El Condestable". Posteriormente, el Conde de Montijo, hizo reformas de Estilo Renacentista.
Están declaradas Bien de Interés Cultural por Resolución de la Dirección General de Bellas Artes de 25 Marzo de 1982.Fue construido bajo disposición testamentaria de Dña Mencía de Mendoza esposa de D. Álvaro de Luna Manrique, hija del tercer Conde de Miranda y sobrina del cardenal de Burgos, Iñigo de Mendoza, para acogida de pobres y enfermos de Fuentidueña y alfoz. Actualmente se está trabajando en el Juro del Hospital, comprobándose la importancia que tenía en su época.
Declarada Bien de Interés Cultural, en su exterior se puede contemplar su pórtico de siete arcos bizantinos sobre columnas geminadas, en los que sus capiteles tienen decoración vegetal. Cuenta con tres puertas, la del pórtico, la del acceso al templo y la llamada “Puerta de los Perdones”.
En la cabecera un ábside semicircular y en el interior una nave cubierta con bóveda de medio cañón y dos capillas a ambos lados del ábside. Coronan la nave hermosos capiteles entre los que destacan el tema de la psicóstasis y el martirio de San Esteban entre otros.
Presidiendo el templo se encuentra la talla de San Miguel Arcángel (1583).
Situada cerca del puente romano, en la margen izquierda del río Duratón; se dice que debió de edificarse sobre los restos de una primitiva ermita a la que en el s. XI se le fueron añadiendo un tosco ábside de mampostería con bóveda de medio horno y otras capillas. Está considerada la iglesia más antigua de la Villa, debido a que anteriormente a la iglesia románica, emitiera otra construcción de origen visigodo, pues con motivo de unas obras recientes se han descubierto junto al ábside tres sarcófagos labrados en piedra.
Su planta, de grandes dimensiones, estaba compuesta por tres naves, construida a base de materiales como argamasa, sillarejo y piedras sillares en las puertas, arcos y esquinas. En el s. XVI se encuentra en ruinas, reedificándose en 1576, fecha en la que se añade el pórtico, pero la obra más importante tuvo lugar en 1682, eliminándose la mayor parte de su planta, reduciéndose las dimensiones del templo, las naves norte y principal quedaron al descubierto, pasando a ser cementerio, quedando el templo limitado a la nave sur.
Adosada a la iglesia se construyó en el s. XVII una capilla bajo la advocación de la Inmaculada Concepción de la Virgen María.
La iglesia fue suprimida al culto el 30 de mayo de 1842, por un decreto de la reina regente. Recientemente se han efectuado obras de restauración que han permitido su devolución al culto. En el interior es obligatorio destacar el retablo de la Virgen de la Asunción, presidido por la imagen de la Inmaculada y otro retablo situado en la capilla con una imagen barroca de la Inmaculada, en actitud orante.
La Villa estuvo amurallada en sus lados norte, sur y oeste con una función claramente defensiva. Por su lado este, existe una impresionante cortada rocosa que hace muy fácil la defensa. El acceso intramuros solo es posible a través de una de sus tres puertas:
Puerta de Palacio: Parece que fue la entrada principal de la Villa.
Puerta de la Calzada: Daba acceso al recinto desde el arrabal.
Puerta de Alfonso VIII o de Trascastillo: Situada en la cara sur de la muralla (foto).
En la plaza de la Villa existen dos ventanas practicadas en la muralla, su construcción debe situarse entre los s. XII y XIII.
Formada por una sucesión de unas doscientas tumbas circundando la iglesia de San Martín, talladas en roca, antropomorfas, datan desde el s. X hasta el s. XVII.
Fueron declaradas Monumento Histórico Artístico en 1931, fue un templo de estilo románico construido en dos etapas, su torre y única nave en el s. X y el ábside a mediados del s. XII. Éste actualmente se puede contemplar en el Museo de los Claustros en Nueva York.