Se conoce como el Pozo de las Paredes a una espectacular poza formada en el cauce del río Barbellido. Sólo unos metros más adelante, se une al Tormes para seguir viaje hacia el mar.
La erosión del viento y el agua durante siglos ha tallado dos inmensos muros (o paredes, de ahí el nombre) entre los que discurre el agua. Y que son, también, los límites de esta impresionante piscina natural, en la que apetece bañarse. Aunque, eso sí, esto es algo que finalmente sólo consiguen los valientes. Porque la belleza de la poza es directamente proporcional a la falta de grados centígrados en su agua. ¡Está helada! Pero claro, tened en cuenta de dónde viene ese agua: directa de la Sierra de Gredos, así que es normal que baje tan fresquita.