A medio camino entre el embalse de Burgomillodo y el de las Vencías por la SG-V-2411 y en el límite oriental del Mar de Pinares.
Al norte está Fuentesoto a 16 km y al noreste a 8,4 km Castro de Fuentidueña
Al este, noreste, Castroserracín a 13,7 km y al este Urueñas a 13 km
Al sur, Burgomillodo, que es su pedanía, y el embalse del mismo nombre a 3,5 km
Navalilla está al suroeste a 5,8 km
Al noreste a 6,8 km está San Miguel de Bernuy y el comienzo del embalse de las Vencías.
Santuario declarado Monumento Histórico Artístico y Bien de Interés Cultural en 1931, además está considerado uno de los templos románicos más antiguos al sur del Duero. Localizado en un paraje de incomparable belleza, sobre uno de los meandros que forman las Hoces del río Duratón, es el lugar del Parque Natural que más visitas recibe.
La ermita es una construcción románica del s. XII que se realizó sobre otra visigótica del s. VII ya que las cuevas y roquedos del río Duratón tienen una larga tradición de asentamientos eremíticos, que nacen en época visigoda, extendiéndose al s. VIII, en vida de San Frutos (642-715) y sus hermanos San Valentín y Santa Engracia que eligieron el lugar para dedicarse a la vida contemplativa y a los que se les atribuye la fundación
Dicha tradición debió persistir en esta comarca durante siglos ya en el s. XI estaba fundado un pequeño cenobio que Alfonso VI dona al Monasterio de Silos en el año 1076. Poco después, por orden del abad de Silos se comenzó a construir la iglesia en el año 1093 y fue consagrada en el año1100, como reza una inscripción de la nave. Desde su construcción inicial ha sufrido varias remodelaciones hasta nuestros días.
El acceso al complejo religioso es mediante un pequeño puente de piedra construido en 1757 que salva una grieta, La Cuchillada. A los pies del ábside de la ermita se conservan varias tumbas antropomórficas datadas en la Alta Edad Media y relacionadas con la reconquista de la zona por Fernán González en el s. X y reutilizadas por los monjes del priorato. Entre el complejo religioso y el borde del acantilado, se encuentran las tumbas que la tradición adjudica al santo y a sus dos hermanos, ahora vacías.
La ermita es el resultado de una constructiva primitiva, a la que se añadieron posteriormente dos ábsides laterales, se sustituyó el central, se abrió una puerta a los pies, y se alzó una galería de la que sólo quedan restos; todo ello a finales del XII.
Un templo de traza románica que se sitúa tras la plaza del pueblo. La iglesia es de una sola nave con cabecera semicircular, y tiene una torre adosada a los pies de la nave.
En el s. XVIII se hizo la portada barroca por la que se accede al templo. De su interior, cabe destacar su pila bautismal románica y su retablo, de estilo barroco, dorado y policromado y organizado en tres calles. Allí se entronizan la imagen de Nuestra Señora de la Asunción y de San Blas.
Este paraje, constituido por el curso medio del Duratón, fue declarado Parque Natural en el año 1989. Posteriormente fue clasificado como Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) quedando integrado en la Red Natura 2000 y más tarde se declaró Lugar de Importancia Comunitaria (LIC).
Desde la localidad de Sepúlveda hasta el embalse de Burgomillodo, el río ha ido excavando la roca caliza, formando unas hoces de fondo plano y paredes que llegan a alcanzar los 100 m de altura, donde el colorido ocre de las rocas contrasta con la cinta verde de la vegetación ribereña.
Las zonas más destacadas son: La ermita de San Frutos, El Monasterio de Nuestra Señora de los Ángeles de la Hoz y La Cueva de los Siete Altares.
También son relevantes las ruinas de la ermita de San Julián, cuevas con pinturas rupestres, puentes y calzadas romanas. No hay que olvidarse de las construcciones tradicionales, con alto interés etnológico (chozas de pastor, rediles para el ganado, refugios de resinero, palomares y muretes de separación entre huertas o molinos con sus presas).