En este pueblecito de 30 habitantes, dependiente de Olombrada, al este a 4 km; está al norte Campaspero (Valladolid) a 10,4; al este y de más cerca a más lejos están, Fuentes de Cuéllar (1,8 km), Lovingos(3,3 km), Escarabajosa de Cuéllar(8,7 km) todas ellas pedanías de Cuéllar a 10,5 km. Al sur Frumales a 3,6 km. Pertenece a la Comunidad de Villa y Tierra de Cuéllar.
En 1204 ya se llamaba Moraleia de Colar, que significa lugar donde vive una comunidad de musulmanes.
En el s. XIX contaba con unos 200 habitantes y 60 casas. Tenía ayuntamiento (que era a su vez cárcel), iglesia con párroco y escuela con maestro. Su industria se basaba en la agricultura (trigo, cebada, centeno, avena, garbanzos, otras legumbres y rubia) y, por aquel entonces, existían algunos telares. Además tenía ganadería (ganado churro y vacuno) y caza menor (liebres, conejos y perdices).
Podemos hacernos una idea de la vida del pueblo a mediados del siglo XIX gracias a la descripción detallada que figura en el Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, de Pascual Madoz:
Moraleja de Cuellar: lugar con ayuntamiento de la provincia y diócesis de Segovia (9 leguas) partido judicial de Cuéllar (2 leguas), audiencia territorial de Madrid (24 leguas). Capitanía General de Castilla la Nueva.
De origen románico, aunque con posterioridad sufrió reformas barrocas (s. XVII), las cuales las podemos apreciar en las bóvedas que además se encuentran policromadas. Actualmente se encuentra en reformas en la techumbre interior.
Llama la atención todas las fachadas de las casas las cuales muestran diferentes pinturas, elaboradas por un hombre del pueblo, Marcelino García Sanz, de todos ellas destaca el Alcázar del Segovia o el Acueducto, que se encuentra pintado en su casa, y en él aparece representado dicho autor. Son pinturas representativas de Segovia, destacan además con pinturas en blanco y negro, las cuales son una reproducción de fotografías antiguas.