Este pueblo de 560 habitantes se encuentra a 13,5 km de la villa de Cuéllar y a 16,8 km de Fuentidueña. Pertenece a la Comunidad de Villa y Tierra de Cuéllar. Hoy este ayuntamiento también se hace cargo de otros dos pueblos, Moraleja de Cuéllar, al oeste a 3 km y Vegafria al este 3,3 km.
En un radio menor a los 10 km tiena a otras poblaciones como Campaspero (Valladolid), al norte, Membibre de la Hoz, Fuentesauco de Fuentidueña y Cozuelos de Fuentidueña al este, Adrados, Hontalbilla y Frumales al sur, suroeste.y tres pedanías de Cuéllar, Lovingos, Escarabajosa de Cuéllar y Dehesa de Cuéllar al oeste.
De este lugar ya tenemos noticias con la época visigoda y se piensa que en esta etapa pudo surgir el origen de su nombre. En el siglo XII, conocemos que se le definía como Forumtada, pero un siglo más tarde se le cita como Forambada, que significaba la agujereada, este nombre viene por los agujeros en el suelo debido a las bodegas subterráneas, típicas de esta zona.
Olombrada en el siglo XIX: «200 casas de inferior construcción distribuidas en 20 calles, la mayor parte sin empedrar, y 2 plazas» tenía Olombrada a mediados del siglo XIX según apunta Pascual Madoz en ‘Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España’. Había también Ayuntamiento, en el que estaba la cárcel, y escuela de instrucción primaria mixta. Trigo, cebada, centeno, avena, muelas, yeros, garbanzos, cáñamo y algarrobas eran los productos que cultivan sus gentes, que también tenían ganado lanar, vacuno y yeguar y cazaban conejos y liebres. Habían una tahona y varios tejedores de cáñamo. Eran 198 vecinos y «754 almas».
Del siglo XVI y de planta cuadrada, en su interior guarda un pequeño retablo policromado con una imagen de la Virgen del siglo XIV. Fue la ermita del cementerio viejo.
Construida en el siglo XVI, está situada al final del Vía Crucis, es un edificio de planta cuadrada con cubierta de madera. Está construido en mampostería de piedra caliza blanca, con las esquinas y arcos de entrada de sillería.
Con anterioridad era una antigua iglesia románica; de ella solo se conservan algunos elementos en la zona sur, como el friso de la antigua iglesia. Con posterioridad fue reformada. En el interior nos encontramos con el retablo del altar mayor, barroco, el cual conserva dos de las tallas del antiguo retablo, Adán y Eva y en el centro la talla de San Vicente, que está rodeado de pinturas que relatan sus martirios. Visitable en horario de culto.
Si damos un paseo por este pueblo, nos podemos encontrar con alguna pintura en las fachadas de las casas, creadas por el autor Luis Bayón, en calles como la calle La Escuela, la calle Pradillos, el depósito de agua, o la zona de los lavaderos…entre otras muchas.
Llama la atención que el depósito de agua, que hoy en día se utiliza para guardar la sal, está decorado no solo con pinturas sino también con la partitura de un fandango típico de este pueblo apareciendo la partitura hecha con metal.